Una máquina de limpieza "para la foto". Las bodas un problema para la plaza de la Merced. ¿Dónde está el barrendero de los domingos?

Esta mañana en nuestro barrio se ha producido un hecho inaudito ¡Una máquina limpiadora ha pasado por el barrio! Se me ocurren varias preguntas ¿Para hacer tareas de limpieza? ¿Para que la veamos? ¿Vendrá a menudo como ocurre en otros barrios, o seguiremos siendo los pobres del espectro vecinal?

  

Hay que ver lo que son capaces de hacer nuestros directivos para que veamos lo que se preocupan por el barrio, especialmente ahora que los vecinos le están plantando cara a esta directiva intransigente y anti democrática que está tratando de imponer la ley del silencio a unos vecinos que por fin despiertan de su letargo y comienzan a denunciar con valentía las carencias de un barrio muy descuidado por estos directivos que quieren que veamos de color de rosa lo que en realidad es dejadez y descuido en sus infraestructuras.

Pero los vecinos ya han perdido el miedo, comienzan a hablar claro y nuestros directivos han tenido que mover el culo porque empiezan a ver la cosa muy negra.
Al pueblo no se le puede callar, y menos a base de fotos y actividades que a la larga en muchos casos no sirven nada más que para postureo y que no repercuten en el barrio, sino en la persona que aparece en ellas.
Por eso, como los vecinos ya no se dejan engañar y plantan cara con comentarios valientes y que no se pueden borrar, la directiva inicia otra campaña de pegada de cartelitos, pero que nunca denuncian públicamente muchos de los problemas del barrio.
Después de que esta mañana pasara por la plaza este vehículo de limpieza las fotos demuestran como ha quedado nuestra querida plaza de la Merced, que está así desde que ayer tras la salida de una boda, vecinos insolidarios festejaran la salida de los novios. Por cierto ¿Dónde estaba esta mañana el barrendero?
En fin más de lo mismo.
El problema es que la nueva campaña de la asociación que yo defino como "y yo más que tú" evita con soberbia el diálogo con los vecinos que denuncian, ensucia las relaciones con los moradores del barrio y con el paso del tiempo cuando otras generaciones vean estos comentarios, verán con estupor la intransigencia y soberbia de unos dirigentes que a lo mejor se avergüenzan de su conducta en un futuro no muy lejano. La libertad de expresión no se puede ocultar por más que se intente. Cuando se den cuenta del error será demasiado tarde ¡Qué pena de directiva! Pasarán a la historia como aquellos que quisieron coaccionar a los vecinos que creen en la democracia.
Lo dicho ¡De pena! ¿En manos de quién estamos en el barrio?
Seguiremos denunciando problemas en la Merced, con seriedad y para que todo el mundo se entere.